sábado, 5 de noviembre de 2011

Beethoven, Swing e idas de olla

Ya hablamos de que a Beethoven se le iba bastante la olla al final de su vida. De ahí su genialidad. Uno no puede dejar de sonreír cuando escucha las variaciones que conforman el movimiento final de su última sonata.

Esta sonata, como os comenté, es una de las piezas más contrastantes que uno se pueda encontrar. Si la introducción es algo así como una obertura francesa fantasmal, y el movimiento de sonata una fuga tétrica y "gótica" (en el sentido de hoy):




en el tema del segundo movimiento sólo encontramos relajación. Paz. Son como la noche y el día.



Pero ya a partir de la primera variación tenemos ese ritmillo de swing que culmina en el minuto 6:56, una variación prácticamente jazzística. En el siguiente fragmento del vídeo, a partir del minuto 2:00, rozamos por unos instantes a Steve Reich. Hay mucho de pop en todas estas variaciones.

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