martes, 8 de noviembre de 2011

Consejos para la elaboración de un puente I

En esta entrada vamos a dar unas normas básicas para elaborar una buena transición de sonata. En general veremos que se puede aplicar a los desarrollos para minuettos que estamos escribiendo, pero no es necesario que aparezcan todas las partes.

La transición (pongo puente en el título para que los alumnos no se me despisten. A mí la palabra puente me suena mucho a MAPFRE y poco a técnica, igual que floreo en vez de bordadura, etc) de la sonata conecta dos unidades temáticas en dos tonalidades diferentes. En general, ya os dije que el puente no debe tener carácter de tema, aunque puede empezar con algunos compases que recuerden al principio de una frase, o directamente, que sean el mismo principio de la sonata que se trunca y cambia.

Estos son los ingredientes (ojo, no digo secciones) que debe tener un puente:

a) progresión armónica modulante (o enfatizante, ya veremos)

b) progresión melódica

c) enfatización de algún acorde, normalmente la dominante de la nueva tonalidad (puente modulante) o la propia dominante (puente no modulante)

Veámoslo con algún ejemplo:


Esta es la transición de la sonata k284 de Mozart, que ya analizamos en clase. Como veis en el gráfico, se puede dividir en tres secciones. La primera sección son dos más dos compases de lo que parece el inicio de una frase nueva, de algo TEMÁTICO. El segundo fragmento tiene dos de los ingredientes que decíamos arriba: modulación (falsa) y progresión melódica. Fijaos en las flechas que señalan el MI-FA#-SOL-SOL#-LA. Esta progresión melódica está bastante oculta, y casi parece más el desarrollo acórdico de unas armonías básicas que una progresión propiamente. En otros ejemplos lo veremos más claro, pero que no se os olvide, porque INCLUIR UNA PROGRESIÓN ARMÓNICA ES UN CLARO INDICIO DE QUE ESTÁIS FABRICANDO UNA PARTE NO EXPOSITIVA, y el oyente lo aprecia muy rápido. La modulación hemos dicho que es falsa. Mozart consigue crear la ilusión de modulación por el cromatismo si-sib y sol-sol#. Ya comentamos en clase lo que eran los puentes no modulantes, y aquí tenéis un buen ejemplo de ello. Es más desarrollado que en la sonata K330 (que estamos viendo en análisis), y convierte todos estos compases en una enorme semicadencia. El último fragmento es el otro ingrediente del que hablábamos arriba, un fragmento reiterativo en el que se enfatiza el acorde de llegada, que suele ser una dominante. En este caso como el puente no modula, es la dominante de la tonalidad de la que veníamos. Si el puente fuera modulante, hablaríamos de la dominante de la nueva tonalidad. Vamos a ver otro ejemplo, que en este caso, sí modula:



La transición de esta sonata (la K309) comienza directamente con las progresiones melódicas. Vemos que estas progresiones melódicas casi siempre coinciden con la modulación. En este caso es una modulación con acorde puente de las más básicas (IV=I). En la segunda sección de esta transición, Mozart sólo necesita seguir enfatizando la nueva tonalidad y acabar en semicadencia. Lo de acabar en dominante se podría denominar regla, puesto que es casi obligatorio si queremos dejar un silencio entre el fin de la transición y el principio del nuevo tema que sigue. Acabar en tónica antes de un silencio terminaría la sonata. Es importante que veais que el afinazamiento de la nueva tonalidad no se hace por medio de nuevas melodías, o movimientos melódicos anárquicos. Son pequeños módulos que se repiten insistentemente, ya sea igual (compases 6 y 7 del ejemplo) o transportados (compases 9 y 10).

Por supuesto no todos los puentes son así, pero teniendo unas ideas básicas estandarizadas podréis practicar mejor. Ya hemos visto que los puentes de la K330 y la K333 eran más libres y no se parecen a esto. En clase y en otra entrada, veremos algún ejemplo práctico para fabricar una transición y un desarrollo. Pero quedáos con estos conceptos.


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