sábado, 22 de octubre de 2011

Creación de melodías: consejos para el ejercicio del minuetto

Estoy viendo que algunos tenéis ciertos problemas para desarrollar este ejercicio. Son problemas básicos que hay que dominar, así que pongo aquí unos ejemplos propios para que veais a qué me refiero cuando digo cosas como "frase simétrica", "frase modulante", "desarrollo" o "corte de melodía propio de la época". Esta entrada está enfocada al ejercicio del minuetto, pero puede servir para cualquier otro siempre que tengáis en cuenta los cambios pertinentes.

El primer paso para generar nuestra melodía es pensar en 3/4. Parece una perogrullada (por no decir otra palabra que también tiene g y ll), pero muchas melodías que escribimos en 3/4 en realidad suenan a 2/4 o a veces a tres, a veces a dos. Antes de pensar la melodía en vuestra cabeza, permaneced diez segundos recitando el “pun-chan-chan-pun-chan-chan…”.

Lo que sige es un poco más difícil. No penséis melodías “bonitas”, sino funcionales. Normalmente intentáis escribir melodías en el estilo que más os gusta (porque es lo que tenéis más asimilado), y no tiene por qué funcionar con lo que vamos a hacer luego. Olvidaos de formaciones pentatónicas, perfiles de séptimas y esas cosas. Ceñíos a un esqueleto armónico basado en las funciones que hemos visto en clase. Las melodías deben estar INCRUSTADAS en ese esqueleto armónico previo. Los perfiles de melodías de Haydn y Mozart SON ACORDES, como se puede ver en cualquier ejemplo.



Así que será bueno pensar un esqueleto armónico básico antes de cantar mentalmente la melodía. Como la frase va a ser simétrica, vamos a pensar en principio en 4+4. De los primeros cuatro, vamos a hacer dos compases en Tónica y dos en Dominante:





Esto no requiere ninguna habilidad especial ni dificultad. Lo difícil es seguir ciñéndonos al esquema y mantener el estilo. Tomemos ahora unas notas reales y pongámosla en ritmo de negra:


Como vemos, esto tampoco tiene nada de especial. Ahora vamos a cantar la melodía varias veces, buscando notas de adorno que le den un toque especial. Esto es como un Haiku, no se trata de llenar todo de semicorcheas, sino de añadir un par de notas que funcionen, es decir, que le den vida a esta melodía, que la aparte de la sonoridad de fanfarria y la combierta en algo melodioso. Yo sólo voy a poner una nota de paso y una apoyatura (o retardo, según lo veamos):


Si cantamos la melodía, veremos que parece que después del Fa-Mi, la cosa se acaba. Se acaba en semicadencia, pero se acaba, de manera que el Sol-Mi-Do# suena como a una anacrusa de los siguientes cuatro compases. Por eso he puesto la ligadura. Ahora bien, aprovechémonos de ese sentido de anacrusa y añadámosle una también a los primeros cuatro compases. Pero vamos a pensarla para que perfile un acorde de tónica, que quedará un poco mejor (y a añadirle notas de paso):


Como veis, queda una melodía típica de minuetto de mediados finales del XVIII, que bien la podría haber escrito Haydn y Mozart (en un momento de escasa lucidez artística, todo hay que decirlo). Completemos los cuatro compases que quedan. La armonía ahora, será la inversa:


Como veis, la melodía de los segundos cuatro compases es la misma que la primera pero INCRUSTADA en los acordes pertinentes. Las funciones de las notas son las mismas. Si el Mi del tercer compás era nota de paso, el re del compás 7 también lo será. Lo mismo ocurre con las apoyaturas. Una vez tenemos esto, tenemos que escribir un acompañamiento más interesante que el de los acordes escritos en el grave. Con una sola voz ya podemos escribir un acompañamiento resultón:


Como veis, no es nada enrevesdo, pero tampoco es un simple acompañamiento de machacar acordes. Si os fijáis, salvo el mi del compás 3 y el re del compás 7, todo son notas reales. Por supuesto, en la segunda frase, se repite el mismo esquema que la primera pero INCRUSTADO en la armonía que toca en ese momento. Así la música tiene un sentido, una dirección, y juega con el oyente. Otra cosa que también tenéis que tener en cuenta son las articulaciones y las dinámicas. De momento estamos centrándonos en las notas, pero como veis, unas ligaduras acompañan mucho visualmente, y hace que la interpretación no sea una fría sucesión de notas.

Si sois observadores, os daréis cuenta de que el último compas se ha añadido porque con uno solo de tónica al final “no quedaba bien”. Muchas veces, las cuestiones de simetría se resuelven de oído. Yo al principio de la melodía ya sabía que no quedaría bien, no porque tenga un talento especial o porque sea profesor, sino porque no he planeado la melodía. La he cantado y luego la he dividido para que veáis como se puede montar. No os puedo enseñar a que escribáis la melodía sin tener que pensarla. Eso es algo que saldrá con la práctica, y sobre todo con el conocimiento de la música que estamos copiando. Escuchar toda la música que podáis de la época es el único ejercicio que vale aquí. Pero si no estáis familiarizados con este estilo, siguiendo estos pasos creareis melodías típicas de mediados finales del XVIII.

La melodía no es modulante. En otra entrada veremos como añadir una frase simétrica a esta de ocho compases para que acabe en dominante. A ver si tengo tiempo y la cuelgo esta tarde. Tenía pensado hacer un Apunte completo, pero la entrada se ha estirado mucho, y veo mejor dividirla en dos partes.

Empecé a escribir la entrada a las 13:00 más o menos, y ya son las 14:10. Para que luego diga Esperanza Aguirre que los profesores no trabajamos.

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