Hola, ya he solucionado el problema de los comentarios en el blog. Por defecto, venía una restricción de comentarios que he deshabilitado. Ahora podréis hacer los comentarios bajo las entradas y así podré resolver vuestras dudas.
Funciona. Por cierto, sabrás que ese tema es el final de una pieza de Tarrega, ¿no? ; ). Es una pena que no tengamos que ver la fuga, porque me haría ilusión entrar en materia.
Hola! En primer lugar darle la enhorabuena por este blog dirigido a sus alumnos. Qué envidia que yo no tenga un profesor tan enrollado!! Pues bien, resulta que me encanta la armonía pero estoy hecho un lío ya que como bien dice en algún momento, la inmensa mayoría de los tratados son una mierda. Están hechos para la gente que sabe armonía!!! Le agradecería me dijera algún tratado para la gente que tenemos la armonía un poco atragantada y con interés de aprenderla bien. Me parece de recibo que en primero de armonía el profesor te recomiende el tratado de Walter Piston. Un saludo desde València y adelante con este estupendo proyecto.
Hola, nikysch, muchas gracias por tu interés. Lo de los tratados de armonía es algo peliagudo. Hay muchos (desde que las publicaciones valen como méritos para baremos de bolsa y oposiciones, cada profesor tiene su propio libro), y lo cierto es que no los conozco todos. El Walter Piston es un libro que, en general, está bastante bien. Pero tiene dos problemas. El primero es que es americano, y hay un par de cosas que los americanos hacen bastante diferente que los europeos (la función de la sexta cuarta cadencial, el cifrado, la nomenclatura, la invasión de países por petróleo). El segundo es que se va por las ramas. Su libro de Contrapunto es todavía peor en este sentido. También tiene cosas interesantes: al final de cada capítulo hay ejercicios, y en general, es bastante "autodidactable". Los tratados francófilos, como el Zamakois, son lo más parecido a un libro sobre derecho penal (artículo 26.2: queda totalmente prohibido que la quinta se acerque a la octava. La quinta deberá permanecer en un radio de más de 500 metros, y se tendrá que presentar en comisaría los fines de semana). Pero tienen la virtud de tenerlo todo ordenado.
Quizás el mejor sea el de Ditter de la Mote. Por primera vez, alguien tuvo la decencia de preocuparse en indagar qué leyes eran de qué época, y no tratar la armonía como un ente ahistórico. Pero como bien dices, parece dedicado a gente que ya sabe armonía. Por otro lado, de los que he visto, me ha parecido que el más completo es el de Arnold Schönberg, pero quizás no sea recomendable para empezar.
Yo siempre digo (es la primera vez que lo digo, así que es cierto que haya sido siempre) que el mejor tratado de armonía que hay son los cuatro volúmenes de las sonatas para piano de Beethoven. Analízalas y verás que está todo lo de los libros. Además, lo que aparece, está justificado musicalmente. Escojas el tratado que escojas, te recomiendo que como complemento las analices, las toques, memorices las que puedas y las silbes por la calle. En el fondo, así aprendí yo.
Un saludo, y pregunta todo lo que quieras, que así da gusto.
Probad, y si sigue sin funcionar, ya os pongo mi email.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=y1isQlg6VGU funciona??
ResponderEliminarFunciona. Por cierto, sabrás que ese tema es el final de una pieza de Tarrega, ¿no? ; ). Es una pena que no tengamos que ver la fuga, porque me haría ilusión entrar en materia.
ResponderEliminarlo de "Op. 31" de la fuga de Nokia es de cachondo...
ResponderEliminarHola! En primer lugar darle la enhorabuena por este blog dirigido a sus alumnos. Qué envidia que yo no tenga un profesor tan enrollado!! Pues bien, resulta que me encanta la armonía pero estoy hecho un lío ya que como bien dice en algún momento, la inmensa mayoría de los tratados son una mierda. Están hechos para la gente que sabe armonía!!! Le agradecería me dijera algún tratado para la gente que tenemos la armonía un poco atragantada y con interés de aprenderla bien. Me parece de recibo que en primero de armonía el profesor te recomiende el tratado de Walter Piston. Un saludo desde València y adelante con este estupendo proyecto.
ResponderEliminarHola, nikysch, muchas gracias por tu interés. Lo de los tratados de armonía es algo peliagudo. Hay muchos (desde que las publicaciones valen como méritos para baremos de bolsa y oposiciones, cada profesor tiene su propio libro), y lo cierto es que no los conozco todos. El Walter Piston es un libro que, en general, está bastante bien. Pero tiene dos problemas. El primero es que es americano, y hay un par de cosas que los americanos hacen bastante diferente que los europeos (la función de la sexta cuarta cadencial, el cifrado, la nomenclatura, la invasión de países por petróleo). El segundo es que se va por las ramas. Su libro de Contrapunto es todavía peor en este sentido. También tiene cosas interesantes: al final de cada capítulo hay ejercicios, y en general, es bastante "autodidactable". Los tratados francófilos, como el Zamakois, son lo más parecido a un libro sobre derecho penal (artículo 26.2: queda totalmente prohibido que la quinta se acerque a la octava. La quinta deberá permanecer en un radio de más de 500 metros, y se tendrá que presentar en comisaría los fines de semana). Pero tienen la virtud de tenerlo todo ordenado.
ResponderEliminarQuizás el mejor sea el de Ditter de la Mote. Por primera vez, alguien tuvo la decencia de preocuparse en indagar qué leyes eran de qué época, y no tratar la armonía como un ente ahistórico. Pero como bien dices, parece dedicado a gente que ya sabe armonía. Por otro lado, de los que he visto, me ha parecido que el más completo es el de Arnold Schönberg, pero quizás no sea recomendable para empezar.
Yo siempre digo (es la primera vez que lo digo, así que es cierto que haya sido siempre) que el mejor tratado de armonía que hay son los cuatro volúmenes de las sonatas para piano de Beethoven. Analízalas y verás que está todo lo de los libros. Además, lo que aparece, está justificado musicalmente. Escojas el tratado que escojas, te recomiendo que como complemento las analices, las toques, memorices las que puedas y las silbes por la calle. En el fondo, así aprendí yo.
Un saludo, y pregunta todo lo que quieras, que así da gusto.